viernes, 15 de febrero de 2008

Viendo los dilemas de crecer, correr y tropezarse

"No sabes lo mucho que te gusta tu casa, hasta que estás en un lugar ajeno y empiezas a sentir unos deseos irrefrenables de regresar a tu lugar de origen": estas sabías palabras son dichas por Juno McGuff en la película que lleva como título exte extraño nombre, otorgado por un padre devoto de la mitología griega. A ritmo de música folk y de algunas de las más hermosas composiciones de Belle & Sebastian, Juno se descubre embarazada a los 16 años, y a partir de allí intentará comprender qué es lo que hace que las personas se mantengan unidas a lo largo del tiempo, incluso si ella tiene la certeza de que el bebé que está creciendo en su interior estará mejor bajo el cuidado de otra persona. Crecer, correr y tropezarse; crecer, prepararse para la carrera y abandonar la línea de competencia porque es más bonito llegar a donde te espera la persona junto a la que puedes recostarte en silencio y bajar la guardia; crecer, guardar en la mochila chocolate y jugo de naranja, porque se necesita algo dulce para llevarse a la boca mientras se soba uno los raspones. A lo largo de la película de Jason reitman, a Juno le caerá sobre la cabeza, como balde de agua fría que se va entibiando, algo que ya sospechaba: que el amor es complicado, pero no difícil; que encontrar a la persona adecuada ("Quien cree que eres la octava maravilla del mundo, aunque evidentemente no lo seas") es el primer paso para interpretar a dúo una canción folk, triste y rabiosa, pero que produce un sentimiento parecido a la felicidad mientras se interpreta por quien uno considera debería ser nombrado la octava maravilla del mundo…

2 comentarios:

Arkturo dijo...

Hablaré de esta película en la próxima nota...

por cierto te enviar´ñe en cuanto pueda minota ;DD

saludosss!!

Arkturo dijo...

como que repito mucho las palabras cierto?

haaa rayos!!